Es un cantautor de esos de toda la vida, de guitarra en mano, melodías contagiosas y letras trabajadas y muy cuidadas, que hablan de estos mundos que nos tocan vivir. Son de esos cantautores mitad compositores, mitad trobadores y siempre narradores...
Pero T. J. Quinton tiene un punto diferente. Las once canciones de su álbum de debut, "Sorry Business", encierran una especie de fuerza contenida que se plasma desde el primer tema, el impresionante "The Owl".
Este australiano persiguió su sueño de dedicarse a la música desde que a los doce años comenzara a tocar la guitarra. Fundó un grupo The Deckchairs con el que publicó dos EP's y consiguió muy buenas críticas.
Ya en solitario publica este "Sorry Business" que, como os he comentado, parece música narrada, como unos Simon y Garfunkel más oscuros y canallas. Pero, si no os quedais en lo mero acústico, descubriréis un artista lleno de matices, interesante y con rincones por descubrir. Quizá este disco sea un inicio prometedor, quizá no sea más que un espejismo, pero merece la pena dar siempre una oportunidad a ese tipo de cantantes-letristas que se esfuerzan en hacer arte musical con una base acústica y muchas cosas que decirle al mundo.
El disco es elegante, rítmico pero pausado, con las luces y las sombras justas, para iluminar lo que él desea en cada momento. Se mueve en un terreno complicado, en ése del folk acústico que, a veces, no esta demasiado valorado. Pero este disco tiene muchas más variantes, apenas perfiladas, eso sí, pero por descubrir en cada canción. Unos arreglos esbozados, como un maquillaje suave para algo que ya salió hermoso.
T. J. Quinton está por descubrir. Su "Sorry Business" merece, cuando menos, un par de escuchas. Y entonces, decidid vosotros mismos si este chico tiene talento o no. Para mí, su primera prueba está superada con creces...
Podeis escuchar el disco aquí.
Pick a Piece
Que lo disfruteis...