Lykke Li - Más pop sueco... ¿o no...?

Si una melodía te martillea la cabeza día tras día es inútil intentar huir de ella. Si, además, esa melodía viene de una voz sueca, dificilmente podré renunciar a hablar de ella aquí. Ya conoceis mi debilidad por todo lo sueco...
Pero aquí hay algo diferente.
La música sueca peca de homogeneidad. A los adeptos como yo nos gusta así. Pero los críticos siempre le echan en cara esa "tabla rasa" en todo lo musicalmente sueco. Reivindican autores "diferentes" al ya clásico pop elegante y ordenado, con arreglos bien construidos. Todo bien premeditado y exquisitamente ejecutado.
Y la artista de hoy es de la que rompe las normas, se salta las reglas, esquiva lo establecido y labra su propio camino. Son de esas artistas que, o te gustan mucho, o te parecen una castaña...
Y yo soy de los primeros. Hablo de Lykke Li, sueca, por supuesto, y a punto de cumplir los 26 añicos, con dos discos ya a sus espaldas. Su pop es sueco, pero no el sueco elegante sin más, que también, sino un pop que se mueve entre la calidad que se le presupone y unas melodías bailables, un pop de autor(a) en su segundo disco -Wounded Rhymes (2011)- contrapuesto al pop más fresco y adolescente de su primer trabajo -Youth Novels (2008)-. El resultado es algo medianamente original, que se pega en la cabeza y engancha, que tiene cierta personalidad y huye de estereotipos usándolos en cada melodía y estrofa.
En definitiva, un trabajo que seguiremos de cerca y al que hay que acercarse sin prejuicios ni ideas premoldeadas... sólo el tiempo nos dirá si vence la excentricidad artística o el talento musical. Por ahora vence la música y ganamos todos...


Dance Dance Dance




I Follow Rivers




Que lo disfruteis...